Ellas, nuestras abuelitas trabajadoras.


8 de Marzo: DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

La celebración del día internacional de la mujer trabajadora ha sido el tema de conversación en la residencia El Paular esta última semana. Nuestras residentes han querido contar su experiencia, su día a día laboral hace unos años, recordando y dando luz a historias de vida excepcionales. 


¡Las compartimos con vosotros!. 

– Josefina B. (88 años) empezó a trabajar muy joven, pues con 15-14 años su vecina la enseñó en el oficio de la costura; fue sastresa. Al preguntarle por su trabajo cuenta que cosía ropa de hombre, primero como civil y posteriormente, durante la guerra, en el ejército. Durante esta última etapa hacía trajes para los militares.


– Carmen C. (79 años) no recuerda muy bien su profesión, pero lo que sí dice es que de jovencita tuvo que limpiar las casas de otras personas.


– Fuensanta (84 años) también es otra de nuestras mujeres trabajadoras, ya que al faltar su padre siendo ella una niña no le quedó más remedio que ponerse a trabajar…eran 8 hermanos!. Desde muy pequeña tuvo que fregar suelos para llevar algo de dinero a casa; posteriormente entró a trabajar con los dueños de una panadería, cuidando de sus hijos y de la casa. En la panadería aprendió a hacer un poco de todo, incluso a coser.



– María R. (88 años) fue maestra en el Colegio Virgen del Pilar de Murcia durante unos 5 o 6 años; daba clases a niños de hasta 9 años. Según dice no le gustaba mucho este trabajo, por lo que al casarse lo dejó para dedicarse a las tareas del hogar.


– Rosa (88 años) cuenta que sus padres tenían una tienda de comestibles y que desde muy jovencita empezó a echarles una mano. Al mismo tiempo que les ayudaba en la tienda cuidaba de la casa y al casarse pasó a cuidar de su propio hogar.


– Enriqueta (67 años) ha sido peluquera y regentaba una peluquería de su propiedad en Finestrat. Al preguntarle que hacía nos cuenta que peinaba, ponía tintes, hacía permanentes, etc. Comenta que su peluquería funcionaba muy bien, teniendo clientes que iban desde Benidorm.


– Mercedes (86 años) trabajó en la fábrica de cintas que había hace años en Alicante; allí hacían lazos, cordones… Tiene buenos recuerdos de aquella época.

– María F. (80 años) cuenta que ella tuvo que trabajar en el campo recogiendo almendra, pelándola, limpiándola… Una vez casada se dedicó a las tareas del hogar.

– Gloria (82 años) estuvo un tiempo trabajando con sus padres en el campo, pero pronto tuvo que marcharse a Alemania a trabajar en una fábrica de medias; allí estuvo 17 años. Cuando regresó a España, ya casada, montó una bodega con su marido.


– Ramona (85 años) ha sido ama de casa, se dedicaba a las tareas del hogar y a cuidar de sus hijos.



– Laura (74 años) ha trabajado como oficinista, primero en un negocio familiar y posteriormente en una empresa de automóviles. En este último trabajo hacía de todo, incluso vender coches.


– Natalia (89 años) tuvo que cuidar de sus hermanos durante la guerra, eran 6 hermanos y no fue una época buena. Más tarde, ya casada, se dedicó a las tareas de su casa.


– María D.(89 años) ha trabajado mucho a lo largo de su vida, pues su padre faltó en la guerra y tenía que ayudar en la economía familiar. De jovencita fue modista, hasta poco antes de acabar la guerra que empezó a trabajar en el tranvía como cobradora. Posteriormente estuvo en comedores de auxilio social. También ha trabajado en la fábrica de caramelos “El Monaguillo” y una vez casada en una fábrica de cacahuetes y almendras.



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